Elizabeth Swann tenía 12 años cuando navegaba junto a su padre, Weatherby Swann, y el comodoro James Norrington rumbo a Port Royal. Durante la travesía encontraron los restos de un barco atacado por piratas y a Will Turner también siendo un niño, flotando a la deriva con un extraño medallón dorado. Una vez el chico estuvo a salvo en su barco y temiendo que el medallón lo identificase como pirata, Elizabeth lo tomó y se lo quedó sin decir nada a nadie. Sólo ella pareció vislumbrar entre la niebla cómo un barco con velas negras abandonaba el lugar del desastre.
Años después se ve llegar a Jack Sparrow en una pequeña barca, que se va hundiendo mientras se acerca al muelle de Port Royal. Al poner pie en el muelle le piden su nombre para poder entrar, pero Jack soborna al cobrador para después robarle unas cuantas monedas dejadas en un atril.
Will Turner ya siendo adulto trabaja como aprendiz de herrero. Siente algo por Elizabeth pero su baja clase social le impide tener el valor de acercarse a ella, que también parece mostrar interés por él.
Para la ceremonia de ascenso del comodoro James Norringtton Elizabeth se pone el vestido que su padre le ha traído especialmente de Londres, pues alberga la esperanza de que ella y el Comodoro entablen una relación. Efectivamente, al finalizar la ceremonia este le propone hablar a solas para proponerle matrimonio, pero el encorsetado vestido juega una mala pasada a Elizabeth y la falta de aire hace que se desmaye, cayendo por un acantilado al mar. Al contacto con el agua el medallón dorado que llevaba al cuello, escondido a la vista de los demás, produce una llamada que atraerá más tarde a la tripulación del capitán Barbossa. El Comodoro ve horrorizado cómo su amada ha caído. Pero la altura del acantilado y las rocas que milagrosamente Elizabeth ha esquivado, le hacen desistir de su empeño de lanzarse a desde ahí, y prefiere correr hasta el puerto con sus hombres.
Jack Sparrow, que está en el puerto tratando de hacerse con un barco, se lanza al rescate de Elizabeth tras verla caer. Jack se da cuenta que el vestido que lleva ella es demasiado pesado y resulta casi imposible mantenerla a flote, por lo que se las ingenia para quitárselo y dejarla sólo con el canesú interior. Cuando consigue llevarla a tierra firme, Elizabeth sigue sin conocimiento y todos temen por su vida, pues tampoco está respirando. En un alarde de ingenio Jack rasga el corsé que lleva permitiéndola respirar y escupir el agua ingerida.
Aunque ha salvado la vida de Elizabeth, el Comodoro y su padre, que ya han conseguido llegar donde está, no se conmueven y pretenden apresar a Jack por ser un conocido pirata. Elizabeth no está dispuesta a que apresen al hombre que la ha salvado y se interpone entre Jack y las armas que le apuntan. Jack, que tampoco está dispuesto a que le apresen, aprovecha la ocasión para tomarla como rehén y librarse así de la justicia. Su esfuerzo es vano, sin embargo, pues es atrapado en la herrería donde trabaja Turner tras una lucha a espada entre ambos.
Esa misma noche, Port Royal es atacado por piratas y toda la ciudad se sume en el caos. Elizabeth es perseguida en su casa por dos piratas que dicen que tiene algo que les pertenece. Cuando la encuentran, ella invoca el derecho de Parlamento (o Parley). Sus perseguidores se acogen al código y la llevan ante su capitán, el capitán Barbossa. Creyendo que es mejor no revelar su condición de hija del gobernador, Elizabeth se hace pasar por sirvienta y usa el apellido de Will, presentándose entonces ante el capitán como Elizabeth Turner. Pretende negociar el cese de las hostilidades contra Port Royal a cambio del medallón dorado que lleva al cuello, y Barbossa parece estar de acuerdo con el trato. El único problema es que a olvidó mencionar en el trato que ella debía ser regresada a puerto y el capitán se la lleva en el barco.
Will Turner convence a Sparrow de que le ayude a encontrar a Elizabeth, que va a bordo del Perla Negra, a cambio de sacarle de la cárcel donde le han metido, trato que este acepta al saber que el apellido de Will es Turner. Ambos se hacen con un barco de la Armada Real llamado el HMS Interceptor y parten en busca de la chica. Mientras navegan Sparrow hace saber a Will que es hijo de un pirata, William «Bootstrap Bill» Turner, Bill el Botas, pirata pero un buen hombre.
Ya en el barco, Barbossa explica a Elizabeth por qué tienen tanto empeño en conseguir el medallón dorado. Se trata de oro azteca maldito, y todos aquellos que robaran las piezas doradas del cofre de piedra quedarían malditos eternamente, serían inmortales aunque no podrían sentir nada y se transformarían en esqueletos a la luz de la luna. Ahora trataban de encontrar todas las monedas del cofre que habían ido malgastando en mujeres y vino. Lo que no sabe ella es que es la sangre de «Bootstrap Bill» o la de sus hijos se necesita para acabar con la maldición. Al decir que ella se apellidaba Turner, los piratas la timaron por hija de «Bootstrap Bill».
Jack y Will hacen una parada en la isla Tortuga para conseguir tripulación que les ayude a manejar el inmenso barco con el que se han hecho. Conversando con el marinero Gibbs, Turner advierte que el Perla Negra pertenecía a Sparrow y que Barbossa, el segundo al mando, se amotinó y abandonó en una isla.
Jack y su tripulación se dirigen a Isla de la Muerte porque saben que es allí donde estará Barbossa. De hecho, en ese lugar guardan todo el oro azteca recuperado y allí tienen que acabar con la maldición mediante el pago de sangre. Will consigue rescatar a Elizabeth de la isla dejando allí a Jack inconsciente. La tripulación de acoge a la norma según la cual «hombre que queda atrás, se deja atrás» y se marchan sin él.
Con Jack como prisionero, Barbossa persigue a Will y Elizabeth, que se han llevado con ellos el medallón a bordo del Interceptor. El Perla Negra los alcanza y toda la tripulación del Interceptor es hecha prisionera por Barbossa y el barco destruido. Will, que ahora sabe que necesitan su sangre para acabar con la maldición, amenaza con pegarse un tiro y caer al mar si no liberan a Elizabeth y al resto de la tripulación. Barbossa acepta el trato pero Will olvida mencionar dónde y cómo liberará a la tripulación por lo que Elizabeth y Jack son abandonados en una isla, un lugar familiar para Jack ya que allí le abandonó por primera vez Barbossa cuando se amotinó.
Jack cuenta a Elizabeth que fue en esta isla donde pasó tres días bebiendo ron tras ser abandonado a su suerte, hasta que un barco de contrabandistas de Ron le recogió. La leyenda, sin embargo, cuenta que Jack había escapado de la isla amarrando tortugas. Hacen una pequeña fiesta alrededor de una hoguera, y Jack se emborracha bebiendo ron. Cuando despierta, con resaca ve cómo ella ha usado todo el ron de la isla para hacer una enorme hoguera y usar el humo como señal. Sparrow nunca se lo perdonará.
Gracias a la señal acuden el Comodoro y su padre, volviendo a hacer prisionero a Jack. Su padre no está dispuesto a ir a rescatar a Will pero Elizabeth convence al Comodoro de que vaya a por él como regalo de bodas. Ante la expectativa de casarse con ella, el Comodoro acepta.
En Isla de la Muerte, Barbossa está a punto de sacrificar a Will para pagar la deuda de sangre. Sueltan a Jack para que colabore con el Comodoro y así tender a los piratas una emboscada. Jack va a la gruta donde está Barbossa e interrumpe el sacrificio diciendo que la Marina Real les aguarda fuera, por lo que sería mejor acabar con la maldición cuando les hayan vencido. Jack aprovecha para robar una moneda del cofre sin que nadie se percate.
Cuando la mayoría de piratas se ha ido Jack ataca a Barbossa, y cuando éste le clava su espada, a la luz de la luna y convertido en un esqueleto le muestra la moneda tomada del cofre, quedando los dos en igualdad de condiciones. Will y Elizabeth también luchan contra los piratas restantes. Jack consigue devolver al cofre la última pieza y con la maldición acabada dispara un tiro mortal a Barbossa.
Al notarse que la maldición ha terminado y ya no ya son inmortales, es asimismo apresado el resto de los piratas que había ido a atacar la Marina Real.
En Port Royal Jack es condenado a la horca por sus actos de piratería, pero Will, que no puede tolerar que ejecuten a un buen hombre, le intenta ayudar a escapar. Elizabeth ayuda a su vez fingiendo un desmayo y desviando la atención del Comodoro. Pero el intento de escape no funciona y ambos son acorralados por la guardia. Tras una conversación con el Comodoro, que se da cuenta de que Elizabeth no le ama, Will es dejado en libertad y Jack se despide diciendo «caballeros, lo siento, todos ustedes recordaran este día como el día en que casi atrapan al...» pero no logra terminar al tropezarse y caer al mar, para ser recogido por su tripulación a bordo del Perla Negra.
En el muelle, el Comodoro ordena un plazo de un día antes de reiniciar la búsqueda de Jack, como recompensa a sus recientes acciones. Por su parte, Will y Elizabeth se besan con pasión, mostrando al padre de ella a quién ha elegido como su prometido.
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